Siddhasana

Modelo: Cynthia Bordes

Siddha es un ser semi-divino de gran pureza y santidad. Se dice que esta postura purifica los nadis (canales del cuerpo humano por donde circula la energía). Es una postura recomendada para Pranayama y Meditación. Se considera una postura importante para practicar regularmente mientras se contempla a Atman (el Ser o Alma Suprema) para lograr Samadhi (iluminación).

Desde un punto de vista puramente físico elimina la rigidez en las rodillas y tobillos, tonifica la región baja de la columna y los órganos abdominales, y mantiene saludable la región púbica. La mente está alerta, se estimula la circulación y el cuerpo descansa.

Entrando a la Postura – Primera etapa

Siéntate en el piso con las piernas extendidas al frente. Dobla la rodilla izquierda y, con la pierna relajada, agarra el pie y el tobillo por debajo. Ahora, rotando la espinilla hacia el piso, apoya el pie izquierdo de modo que el talón quede frente al hueso púbico y apuntando hacia arriba. Luego dobla la rodilla derecha de manera similar y coloca el pie derecho frente al izquierdo, de modo que ambos talones estén en línea con el pubis. Las espinillas y las rodillas deben apoyarse en el piso. Siéntate recto sin inclinarte hacia delante. Si esto es difícil coloca una cobija doblada por debajo de las nalgas  de modo que puedas apoyar mejor las espinillas mientras sigues elevando la columna.

Segunda Etapa

Una vez que esta primera etapa se haga claramente cómoda, levanta el pie derecho por sobre el pie izquierdo e inserta los dedos del pie entre la pantorrilla y el muslo izquierdos. Extiende el muslo derecho hacia la rodilla y regresa la rodilla hacia el piso. Ambos talones deben permanecer en línea. Presiona ambas espinillas y rodillas en el piso y alárgate hacia arriba por los lados del tronco. Siéntate alto.

Ahora estira los brazos en frente y apoya el dorso de las manos sobre las rodillas con las palmas mirando hacia arriba. Extiende todos los dedos y luego junta la punta de cada dedo índice y pulgar  mientras dejas los otros dedos extendidos. La parte externa de los hombros rota hacia atrás de manera que el pecho está ancho y los omóplatos se mueven hacia el cuerpo. La espalda, el cuello y la cabeza deben estar erguidos.

Sostén la postura mientras suavizas los ojos. Mira fijamente en la dirección donde apunta la nariz como si lo hicieras desde la parte posterior del cráneo. Sostén mientras sea confortable. Después suelta primero el pie derecho y luego la pierna izquierda y repite durante el mismo período de tiempo colocando primero el talón derecho en frente del hueso púbico y luego el izquierdo.

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